Cada partido se toma con la máxima seriedad, independientemente de los intérpretes elegidos por Marcelo Gallardo. River es una máquina de ganar. Es Deportivo Ganar. No importa qué trofeo haya en juego. La ambición es la misma. El multicampeón de América, dueño de la triple corona (Libertadores, Sudamericana y Recopa), no detuvo su marcha en tierras niponas, donde brindó una clase de cómo disputar encuentros decisivos.
A River le sobró un tiempo. Liquidó la historia durante la etapa inicial. Fue netamente superior a Gamba Osaka. Cuando apenas iban siete minutos, abrió la cuenta mediante un penal ejecutado por Carlos Sánchez, tras una falta recibida por Nicolás Bertolo. El volante uruguayo no sólo desniveló el marcador, sino que también fue la figura porque pateó el tiro de esquina para el 2-0 (cabezazo de Gabriel Mercado) y apareció por todos lados.
Gracias a un trabajo sólido en todas las líneas, el Millonario dominó a gusto en el primer tiempo. Sacó dos tantos de ventaja. Hizo circular la pelota con criterio, a lo largo y a lo ancho de un campo extremadamente veloz, quizá incómodo por momentos para desarrollar un fútbol más preciso. Aun así, hubo chances para estirar la diferencia antes de irse al vestuario. Gonzalo Martínez sí lo consiguió con un gran zurdazo para ampliar la distancia.
Si bien es cierto que River sufrió varias situaciones en el complemento, recién ocurrió cuando bajó la persiana. Tres goles arriba, reguló. Además de la interesante idea de contragolpear, el calor y el desgaste tanto por el viaje extenso como por el descanso alterado, causaron que el ritmo bajara considerablemente. En ese contexto, Marcelo Barovero, que corrigió un error al principio del PT, se mostró muy seguro. Inexpugnable.
Para destacar el despliegue de Sánchez, la proyección de los laterales mientras el físico lo permitió, el desempeño del aceitado tándem conformado por Matías Kranevitter y Leonardo Ponzio, y algunos movimientos de Javier Saviola. El Conejo poco a poco crece. Le falta rodaje todavía. Pero al menos remató, metió un caño y se acopó al funcionamiento. Este River lo ayuda. Es un equipo con todas las letras. Aunque, sobre todo, es Deportivo Ganar.
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